domingo, 20 de enero de 2008

Nubes en un junipero procumbens

Este artículo esta dedicado a mi amigo Fernando Lizarazo, de República Dominicana, quien me ha preguntado como formar nubes en un junípero procumbens.

Pero antes de ir a la parte práctica del asunto.... En que beneficia este tipo de modelado, formado por nubes de follaje?
El aire y el sol penetran en el interior de la copa, ya que la misma no está tan apretada, manteniendo sanos y vigorosos los brotes internos. Además, estéticamente es mucho mas agradable ver un bonsái con espacios negativos entre sus ramas, el cual nos parecerá un viejo árbol, y no uno joven con su copa desordenada.

Para este ejemplo voy a utilizar un árbol sin ninguna formación anterior, y solo voy a trabajar una de sus ramas. Este es el ejemplar, o rama, antes del modelado.
Cortamos todas las puntas largas, limpiamos la rama de hojas secas y ramas innecesarias y pinzamos los brotes vigorosos (Ver artículo Pinzado de los Juníperus de Aguja).

Una vez limpia la rama vemos que los brotes solo tienen hojas en las puntas. Esto, entre otras cosas, facilita el alambrado.
Procedemos a alambrar todas las ramas, comenzando por la principal y siguiendo por las secundarias.
Aquí vemos como comenzamos a modelar, formando pisos o palcos.

Aquí vemos las ramas orientadas hacia los costados, pero también debemos colocar alguna rama en el centro. De no hacerlo así, la rama tomaría forma de "raqueta".

La rama ya modelada, vista desde el frente. Aquí podemos ver que a pesar de estar formada por varios pisos, todos juntos forman una rama equilibrada, sin parecer grupos inconexos.



Una vista más hacia el frente de la rama. Se puede observar que las ramas secundarias van hacia los costados y también sobre la rama principal, tal como les comentaba anteriormente.

Verdaderamente es muy difícil transmitir esta técnica solo con palabras y fotografías!!! La misma requiere de una vista en tres dimensiones!!! Por eso les subo este pequeño vídeo de la rama en cuestión, con la esperanza de que pueda despejar las dudas que puedan surgir. A pesar de esto, saben que pueden consultarme cuantas veces lo necesiten.


Fer: Espero que este artículo te sea de utilidad, y que también lo sea para el resto de los amigos del blog!!!

domingo, 6 de enero de 2008

Preparación de un arbol de hoja caduca (6ta parte)

Si quieres ver la 5ta parte de este artículo, haz click aquí.

Esta es una época del año bastante tranquila, en donde nuestra principal ocupación es el riego. El olmo que estamos preparando ha frenado su crecimiento, y el injerto que hicimos (ver la 5ta parte de esta serie de artículos) no ha crecido casi nada, ya que hay un marcado desequilibrio entre las ramas fuertes y las débiles, como la injertada. Para remediar esta situación vamos a realizar un defoliado total. Este es el árbol antes de comenzar con el trabajo.
Aquí podemos observar como solo brotaron las dos ultimas hojas de la rama injertada. Si esta rama no crece vigorosamente, el injerto no prenderá.

En esta variedad de olmo, además de defoliar con tijeras, podemos hacerlo con nuestras manos, sosteniendo la rama con una mano, y quitando las hojas con la otra, tal como se ve en esta fotografía.
Las yemas deben quedar intactas.

Para esta tarea siempre es bienvenida una colaboración. Gabriel, un gran amigo y bonsaista que vino de visita, colaboró con la misma. Lógicamente la rama injertada no será tocada, ya que queremos vigorizar la misma, dándole cierta ventaja sobre el resto.

Las hojas de mi olmo presentan una gran diferencia de tamaño entre ellas. Esto se debe principalmente a la falta de pinzado para lograr engordar las ramas, y a la diferencia de vigor existente entre las distintas partes del árbol.

Es importante eliminar todas las puntas de crecimiento, ya que de no hacerlo, el árbol brotará solamente por las puntas (Zona mas vigorosa de la rama)

Ahora que vemos la estructura del árbol completa podemos repasar los viejos cortes y así emprolijar nuestro trabajo.

También debemos acortar las ramas que han engordado lo suficiente, dejando solamente un par de centímetros de la misma. Nunca debemos podar una rama hasta tanto ésta no haya alcanzado por lo menos la mitad del grosor final deseado. En nuestro caso, las ramas superiores cumplen con este requisito, y aprovechamos el momento para podarlas. Muchos se preguntarán si esta tarea no es mejor hacerla durante el invierno, pero en el caso de los olmos, si podamos en la estación durmiente, conseguiremos muchos brotes en el tronco y rama, pero muy pocos en el borde de nuestro corte. Al podar en verano conseguiremos muchos brotes en el corte y pocos en el tronco/rama.

Sellamos todos los cortes.

También podemos aprovechar la ocasión para alambrar alguna rama que así lo requiera.

Esta es la imagen actual de mi olmo.

Recuerdan como había comenzado esta aventura? Solo han transcurrido 4 meses!!!

Les aviso cuando haya novedades importantes con él!
Para ver la 7ma parte de este artículo, haz click aquí