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Hace casi un año atrás se publicaba la 8va parte de esta serie de artículos, en donde realizabamos el trasplante del olmo.
Hoy voy a realizar algunos trabajitos de alambrado y poda, ya que desde este momento los cambios no serán tan espectaculares, pero imprescindibles para lograr un bonsái correcto.
En esta foto podemos ver como se encuentra hoy nuestro proyecto. Vamos a ordenar su ramificación...Un descuido con el alambre ha dejado huellas en una rama. Esto es muy indeseable, sobretodo en un árbol de hoja caduca, ya que en invierno se ven todos los detalles del mismo. Por suerte los olmos son árboles muy vigorosos, y éste en particular debe desarrollarse todavía más, por lo que con el tiempo éstas marcas desaparecerán.Podamos sus ramas, quitando las mal orientadas, las defectuosas, las que nacen desde un mismo punto, las que se cruzan, las muy largas, etc., etc., etc.Luego, alambramos y modelamos todas y cada una de las ramas que así lo requieren.
Imagen actual (julio de 2010). Durante el próximo período de crecimiento, mis esfuerzos se concentrarán en lograr mayor ramificación fina en las ramas bajas, ya que al dejarlas crecer libremente para engordarlas, las mismas están algo "peladas".
Como les decía al principio de este reportaje, los cambios ya no son tan espectaculares, pero si recordamos que hace solo 3 inviernos este árbol era tan solo un palo.....
P.D. Ya comencé a trabajar las cicatrices que presenta el tronco en su primer tercio, así que estate atento porque en cualquier momento se viene la 10ma parte de esta historia!