Gubia y maza....
Y algo de maquinita!
Gubia y maza....
Y algo de maquinita!
Un descuido con el alambre ha dejado huellas en una rama. Esto es muy indeseable, sobretodo en un árbol de hoja caduca, ya que en invierno se ven todos los detalles del mismo. Por suerte los olmos son árboles muy vigorosos, y éste en particular debe desarrollarse todavía más, por lo que con el tiempo éstas marcas desaparecerán.
Podamos sus ramas, quitando las mal orientadas, las defectuosas, las que nacen desde un mismo punto, las que se cruzan, las muy largas, etc., etc., etc.
Luego, alambramos y modelamos todas y cada una de las ramas que así lo requieren.

Como les decía al principio de este reportaje, los cambios ya no son tan espectaculares, pero si recordamos que hace solo 3 inviernos este árbol era tan solo un palo.....
P.D. Ya comencé a trabajar las cicatrices que presenta el tronco en su primer tercio, así que estate atento porque en cualquier momento se viene la 10ma parte de esta historia!
Con tijera, quitamos la parte superior de cada flor.
Aquí podemos ver en detalle como se va realizando la tarea.
A pesar de que no se trata de un bonsái de tamaño grande, son muchas las flores que se han podado!
Este es al aspecto de mi bonsái una vez finalizados los arreglos.
Mejor, no?

Pero por suerte, muy cerca de la misma, nació un brote nuevo, el cual utilizaremos para reemplazar el injerto.
Las ramas primarias tienen la mitad del calibre (grosor) que deseamos.Podemos podarlas ahora, ya que seguirán engordando mientras creamos la ramificación secundaria y terciaria.
Inmediatamente colocamos en los cortes pasta selladora, para impedir deshidratación y la entrada de patógenos oportunistas.
Revisamos los cortes realizados durante el período de crecimiento anterior.
Rebajamos los mismos y los sellamos.
Si tenemos ramas secundarias que puedan ser útiles, las alambraremos.
Y modelaremos dándole suaves curvas que armonicen con el movimiento del tronco.
La ramita vista desde arriba, en donde podemos apreciar su movimiento.
Recordemos orientar las puntas de crecimiento hacia arriba, de esta manera lograremos un crecimiento mucho más vigoroso, y por consiguiente, un rápido engorde de las mismas.
Podamos las ramas del ápice para que no engrosen demasiado.
Algunas imágenes del estado del árbol luego de estas intervenciones.
Todavía queda un largo trecho por recorrer, pero si pensamos que este olmo comenzó siendo solamente un "palo", no podemos más que asombrarnos del camino recorrido en poco más de un año!!
Para ver la 8va parte de este artículo, haz click aquí.