El año pasado le realizamos un autoinjerto de rama, para llenar el vació de su lado derecho. Lamentablemente el otoño pasado llegó con con mucho calor en la zona donde vivo. Los arboles comenzaron a crecer en lugar de entrar paulatinamente en reposo (incluso algunos florecieron). Una fuerte helada temprana (15 grados bajo cero), después de una suave nevada, arruinó la ramificación de varios de mis árboles, incluyendo a la rama injertada en este olmo. Aquí la podemos ver.
Pero por suerte, muy cerca de la misma, nació un brote nuevo, el cual utilizaremos para reemplazar el injerto.
Las ramas primarias tienen la mitad del calibre (grosor) que deseamos.Podemos podarlas ahora, ya que seguirán engordando mientras creamos la ramificación secundaria y terciaria.
Inmediatamente colocamos en los cortes pasta selladora, para impedir deshidratación y la entrada de patógenos oportunistas.
Revisamos los cortes realizados durante el período de crecimiento anterior.
Rebajamos los mismos y los sellamos.
Si tenemos ramas secundarias que puedan ser útiles, las alambraremos.
Y modelaremos dándole suaves curvas que armonicen con el movimiento del tronco.
La ramita vista desde arriba, en donde podemos apreciar su movimiento.
Recordemos orientar las puntas de crecimiento hacia arriba, de esta manera lograremos un crecimiento mucho más vigoroso, y por consiguiente, un rápido engorde de las mismas.
Podamos las ramas del ápice para que no engrosen demasiado.
Algunas imágenes del estado del árbol luego de estas intervenciones.
Todavía queda un largo trecho por recorrer, pero si pensamos que este olmo comenzó siendo solamente un "palo", no podemos más que asombrarnos del camino recorrido en poco más de un año!!
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